“España se encuentra en una posición muy aventajada en el tratamiento de la hepatitis C y en el camino para su eliminación. Estamos a la cabeza de la Unión Europea con 83.500 pacientes tratados desde la implantación del PEAHC, pero la eliminación sólo será posible si somos capaces de combinar la eficacia de los nuevos tratamientos con las políticas de Salud Pública, priorizando la identificación de pacientes no diagnosticados y el acceso universal al tratamiento”. Así lo ha explicado el Dr. Javier García-Samaniego, coordinador de la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España (AEHVE) durante su intervención en el 12th International Meeting on Therapy in Liver Diseases, que se celebra desde ayer y hasta el viernes en Barcelona, con más de 700  hepátologos de todo el mundo.

García-Samaniego, que ha dado su visión sobre la eliminación de la infección tomando como base los datos de la experiencia española –España es el país de la UE  que más pacientes ha tratado, 83.500 a fecha 31 de julio de 2017- ha explicado el cambio en el perfil epidemiológico de la infección que se ha experimentado en nuestro país desde la aplicación del PEAHC. Así, según datos de la Comunidad de Madrid, a finales de 2015 la mitad de los pacientes diagnosticados con infección activa por VHC estaban en el estadio más avanzado de la enfermedad (F4).

A finales de 2016, esa cifra había bajado al 25%  y, a principios de 2017, se situaba ya en el 4%. “El perfil del paciente con infección activa por VHC ha cambiado claramente, y en 2017 lo que nos encontramos ya es una mayoría de pacientes con la enfermedad en estadios iniciales, F0-F1”. “Ello nos lleva a insistir –ha explicado el especialista- en dos aspectos fundamentales para conseguir la eliminación: promover acciones de Salud Pública que permitan aflorar la infección oculta, que se concentra además en poblaciones muy concretas y el tratamiento universal, con independencia del grado de la enfermedad”.

Tal y como García-Samaniego ha expuesto, “los últimos datos respecto al coste-efectividad del tratamiento precoz no dejan lugar a dudas: el ahorro global por paciente tratado en fases iniciales de la enfermedad (F0-F1) supera los 9.000 euros, frente al coste que representa tratarlo en fases avanzadas. Sólo en el caso de los usuarios de drogas por vía parenteral, que es una de las poblaciones prioritarias, el tratamiento temprano puede evitar hasta 2,3 nuevas infecciones por paciente tratado”. Según los últimos estudios (Buti M, et al. J Viral Hepat 2017) por cada 1.000 pacientes con enfermedad leve tratados (F0-F1) se evitan 6 trasplantes de hígado, 60 carcinomas hepatocelulares (cáncer de hígado), 40 cirrosis en estado avanzado y 78 fallecimientos atribuibles a enfermedad hepática terminal.

En España, tras la aprobación en el Pleno del Consejo Interterritorial de Salud del mes de junio pasado, el acceso al tratamiento es universal. “Habrá en cualquier caso que monitorizar el PEAHC y ver que el ritmo al que se está avanzado en las comunidades es el deseable, además de desarrollar el resto de líneas estratégicas, sobre todo las referidas a prevención y diagnóstico, incluyendo la incorporación de la Atención Primaria y el diagnóstico en un único paso para garantizar un acceso precoz al tratamiento”.