“España tiene la oportunidad de convertirse en el primer gran país en hacer historia con la hepatitis C, alcanzando un logro extraordinario en salud pública: la eliminación de una infección viral crónica para la que no existe vacuna”, explica Javier García-Samaniego, jefe de Sección de Hepatología del H.U. La Paz y coordinador de la Alianza para la Eliminación de la Hepatitis Víricas en España (AEHVE), que integra a una decena de sociedades científicas y asociaciones de pacientes vinculadas a la lucha contra la enfermedad. “Sería la primera vez en la historia que una infección viral crónica sin vacuna deja de ser un problema de salud pública”, remarca García-Samaniego, que quiere aprovechar la celebración del día mundial contra la hepatitis C, el próximo sábado, para invitar a las administraciones a tomar conciencia de esta oportunidad histórica y a aprovecharla.

Los estudios de prevalencia realizados en España –el número de personas que tienen la enfermedad- avalan además esa oportunidad histórica, pues arrojan cifras de entre el 0,3% y el 0,4%, un porcentaje inferior a lo estimado anteriormente, lo que convierte la eliminación de la hepatitis C en nuestro país en un objetivo verdaderamente asequible. “Se trata de un reto asumible y al alcance de la mano, sobre todo después del esfuerzo realizado para facilitar el acceso al tratamiento antiviral que cura la infección a todos los pacientes, con independencia de la gravedad de su enfermedad”, explica el coordinador de la AEHVE.

Más de 110.000 pacientes ya han sido tratados y curados en España, “un esfuerzo que nos acerca a la eliminación, pero no la culmina, porque aún no hemos abordado el problema de la infección no diagnosticada, la de los pacientes que tienen la enfermedad y no lo saben”, dice García-Samaniego.

Por ello, la AEHVE quiere aprovechar la celebración del día Mundial contra la Hepatitis C para instar a las administraciones a completar las políticas necesarias para la eliminación, y en concreto a poner en marcha estrategias de cribado y microeliminación que permitan sacar a la luz a los pacientes que desconocen que padecen la enfermedad para a continuación tratarlos. El número de estos pacientes puede alcanzar los 50.000 y, además de estar en riesgo de evolucionar a las fases más graves de la enfermedad, pueden contagiar la infección a otras personas. Muchos de estos casos ocultos se concentran en poblaciones específicas, colectivos vulnerables y con conductas de riesgo, por lo que afrontar este objetivo resulta factible.

El coordinador de la AEHVE señala algunos ejemplos dentro de España que muestran la posibilidad de completar la eliminación y actuar con políticas específicas en poblaciones concretas. Así, hace unos meses, una cárcel española, el penal de El Dueso, en Cantabria, conseguía también ser la primera cárcel en el mundo sin hepatitis C, un gran logro si se tiene en cuenta que las instituciones penitenciarias son uno de los ámbitos con mayor prevalencia de la enfermedad, diez veces superior a la prevalencia global de la enfermedad. Otro gran logro ha sido el descenso de la prevalencia en el porcentaje de personas coinfectadas por el virus del SIDA y la hepatitis C que, con actuaciones específicas, se ha reducido un 65% en dos años, situándose hoy por debajo del 8%. Y una comunidad autónoma, La Rioja, ya ha alcanzado también cifras superiores al 90% de diagnóstico, tratamiento y curación de la infección. “Nadie hubiera pensado hace unos años que fuera posible”, subraya García-Samaniego.

Especialistas y pacientes subrayan la importancia de completar la eliminación por razones de salud pública. “No es solo cuestión de hacer historia, estamos hablando de un importante problema de salud pública en España, de cuya eliminación se obtendrían enormes réditos para la propia sostenibilidad del sistema sanitario”, dice el coordinador de la AEHVE. Y es que, a pesar de los grandes avances, la hepatitis C sigue siendo la primera causa de muerte por enfermedad infecciosa en nuestro país, y duplica la mortalidad originada por el virus del SIDA. Además, es una causa fundamental de cirrosis, enfermedad hepática terminal y cáncer de hígado. Los estudios de coste-efectividad avalan además la sostenibilidad de las medidas que médicos y pacientes reclaman, poniendo de manifiesto que diagnosticar y tratar es más barato a medio y largo plazo que no hacerlo.

Por ello, y junto al desarrollo de un plan para aflorar los casos de infección activa no diagnosticados y promover estrategias de microeliminación, la AEHVE considera que las administraciones deben trabajar para mejorar la continuidad asistencial y fortalecer el diagnóstico en un solo paso en todos los centros sanitarios, medidas con las que podría lograrse la eliminación efectiva de la hepatitis C en nuestro país. Si estas medidas no se ponen en marcha actualizando el Plan para la Eliminación de la Hepatitis C en el Sistema Nacional de Salud (PEACH) aprobado en 2015, el problema no es solo que no se logrará la eliminación sino que los avances logrados “pueden caer en saco roto como consecuencia de las infecciones y reinfecciones provocadas por la hepatitis C no diagnosticada, que pueden devolvernos al punto de partida de hace unos años”, concluye el coordinador de la AEHVE.