Todos los pacientes diagnosticados de hepatitis C crónica son candidatos al tratamiento antiviral.
Los tratamientos actuales (antivirales de acción directa) curan la infección (RVS) en más del 95% de los pacientes con apenas efectos adversos.
La duración del tratamiento es de 8-12 semanas y depende del grado de fibrosis, la respuesta previa al tratamiento, el genotipo y la carga viral.
La curación de la infección mejora o detiene la progresión de la enfermedad hepática y el riesgo de hepatocarcinoma, y disminuye la mortalidad de causa hepática y no hepática. Además, la curación disminuye el reservorio de la infección por virus C.
Por ello, el diagnóstico precoz del VHC es fundamental tanto para evitar la progresión de la enfermedad hepática como para frenar la transmisión de la infección.
El diagnóstico de la hepatitis C se debe hacer en un solo paso mediante la determinación de anticuerpos y, en los casos positivos, la realización simultánea de una prueba de carga viral.
Deben realizarse la prueba diagnóstica del VHC todas estas personas:
- Las que se inyectan o inhalan drogas, incluyendo las que lo hicieron una sola vez.
- Aquellas con antecedentes de transfusión de sangre o hemoderivados anteriores a 1992.
- Personas con antecedentes de cirugía, procedimientos invasivos, intervenciones médicas u odontológicas antes de la utilización de material de inyección de un solo uso (1980)
- Personas con antecedentes de hemodiálisis crónica.
- Recién nacidos de madres infectadas por VHC, a partir de los 18 meses.
- Personas con infección por VIH o VHB.
- Convivientes y parejas sexuales de personas infectadas por VHC.
- Hombres que tienen sexo con hombres.
- Trabajadores sexuales.
- Personas con antecedentes de internamiento en instituciones penitenciarias.
- Trabajadores tras una exposición accidental reconocida con material biológico posiblemente infectado.
- Personas con antecedentes de tatuajes, piercings o procedimientos con instrumental punzante (manicura, pedicura, acupuntura…) realizados sin las debidas precauciones de seguridad.
- Personas con hipertransaminasemia o enfermedad hepática aguda o crónica.