La hepatitis C es frecuente: se da en el 2-3 % de la población mundial, y en el 1% de la población española.
El período de incubación de la hepatitis C puede variar de dos semanas a seis meses. Tras la infección inicial, más del 80% de los casos no presentan síntomas.
Aquellos con sintomatología aguda pueden presentar cansancio, inapetencia, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orinas oscuras, heces claras, dolores articulares e ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).
Cuando un paciente padece una infección aguda, la curación espontánea se produce en el 15-50% de los infectados, y evoluciona la cronicidad en el 50-85% restante.
La hepatitis crónica por VHC se define por la presencia de ARN del VHC en sangre durante más de 6 meses tras la infección aguda.
Una vez desarrollada la infección crónica, la curación espontánea es rara, y la fibrosis hepática va progresando a lo largo del tiempo a una velocidad variable en cada paciente.
La progresión de la fibrosis se asocia con la edad en el momento de la infección, el sexo, la obesidad y resistencia a la insulina, el consumo de alcohol y la coinfección por VIH.
Se estima que un 20-25% de los pacientes con hepatitis crónica por VHC evolucionan a cirrosis en un plazo de 25-30 años.
La mayoría de los pacientes con infección por VHC no presenta síntomas, incluso aquellos con cirrosis.
El riesgo de desarrollo de carcinoma hepatocelular se relaciona con la presencia de cirrosis. La incidencia anual en pacientes cirróticos es de un 3-5%.
La infección por VHC no afecta sólo al hígado. Es una enfermedad sistémica, con afectación hematológica, metabólica, cardiovascular, renal y dermatológica.
La hepatitis C produce con frecuencia una disminución de la calidad de vida valorada en la esfera física, mental o laboral (35-68%)
La Coinfección VIH/VHC es frecuente y relevante, y comporta una progresión más rápida de la enfermedad hepática.
Por todo ello, la hepatitis C es un enorme problema de salud pública, que en España causa más de 4.300 muertes anuales, asociadas a cirrosis y cáncer de hígado como complicaciones más frecuentes.
El VHC es la primera causa de muerte por enfermedad infecciosa en España, y representa el doble de la mortalidad producida por el virus de inmunodeficiencia humana.