Cuando pusimos en marcha el programa #hepCityFree, sospechábamos que las ciudades (sus Ayuntamientos y entidades del tercer sector) podrían realizar una contribución efectiva al objetivo de la eliminación, pero realmente no teníamos evidencia científica concreta sobre ello. Hoy empezamos a reunirla. El caso de Sevilla, donde la iniciativa de la AEHVE se encuentra más avanzada, lo demuestra. A pesar de que las competencias sanitarias se concentran en las administraciones autonómicas, las corporaciones locales sí pueden hacer mucho en el abordaje de este problema de salud pública, por dos factores fundamentales: su cercanía al ciudadano, en primer término, y, en segundo lugar, por su contacto más directo y estrecho con las poblaciones vulnerables.

Posiblemente sean de hecho las políticas de búsqueda activa, diagnóstico y tratamiento en los focos principales de infección activa (principalmente personas sin hogar, usuarios de drogas por vía parenteral, y hombres que tienen sexo con hombres) una de las dos metas volantes que hay que conquistar antes de llegar a coronar el objetivo final de la eliminación. El segundo gran desafío viene representado por la ampliación de la política de cribado en población general, actualmente limitada a la existencia de factores de riesgo en la mayoría de comunidades, y que podría ampliarse a un cribado oportunista etario arovechando el abaratamiento diagnóstico que representa el pooling, tal y como se está haciendo en Galicia.

Para visibilizar la importancia de este gran desafío, a principios de junio, la AEHVE y la AEEH realizaron, coincidiendo con el Día Internacional del NASH, una acción simbólica de cribado en el Congreso de los Diputados, para Congresistas y personal de la Cámara Baja. Y ahora, en el Día Mundial contra las Hepatitis, en el marco del programa #hepCityFree (en el que contamos con la colaboración de Gilead), hemos promovido una actuación similar  con los ediles de la corporación municipal de Sevilla, que se ha convertido así en la primera capital europea en celebrar un cribado de hepatitis C en su Ayuntamiento. De esa forma, en un mismo evento, hemos sintetizado los dos grandes retos que nos restan para llegar al objetivo de la eliminación: la ampliación del cribado en población general y la microeliminación en poblaciones vulnerables con la colaboración de administraciones locales y ONGs.

Precisamente porque estamos muy cerca -como los datos actualizados del Observatorio Polaris nos muestran-, no podemos bajar el pistón. Necesitamos que la hepatitis C se mantenga en la agenda pública para que se desarrollen las políticas finales que nos conducirán al éxito. Ninguna carrera se gana solo en los metros finales. Pero hay muchas que se pierden precisamente en ellos por exceso de confianza. Hay motivos sobrados para estar orgullos de este éxito colectivo que ha sido el abordaje de la hepatitis C en nuestro país y la celebración del 28J debe ser un acicate para culminar la tarea.

Javier García-Samaniego, coordinador de la AEHVE